Hoy, me encontré siendo yo
Espero que, en medio del ruido, tú también te encuentres y disfrutes del regalo de ser más tú
Hoy es el día de encontrarte contigo,
Me encontré conmigo, cuando creí que estaba perdida, me sumergí en lo más profundo de mi ser, y me encontré siendo niña, feliz, sin prejuicios, y sin desenfreno.
Sonreí cuando me vi envuelta en carcajadas, con las mejillas coloradas, de un lugar a otro, dirigiendo la próxima aventura: un paseo, un encuentro, el lugar donde ensayaríamos la próxima coreografía.
Me encontré en el baño, maquillándome, alistándome para presentarme; el escenario era mi lugar frecuente y en las salas de reuniones era la líder valiente.
Sí, me perdí y para encontrarme tuve que ir a lo profundo; me había dejado en el olvido, me vi cargando el peso de cientos de máscaras, de esas que te pones cuando tu opinión sincera es mejor apagarla, sí, esas máscaras, de las que apagan tu mirada. ¿Se te hace familiar?
Me encontré también llorando por un amor no correspondido, me vi de nuevo confiando en un amor primitivo, envuelta en detalles, en sorpresas curiosas y malabares. Me vi amando en plenitud, pero también me vi apagando el fuego, fingiendo que había olvidado el dolor.
He sido y dejado de ser muchas veces. Justo hoy me encontré escribiendo como cuando era una adolescente; escribía sin cesar mis ilusiones y desilusiones. Sigo viendo el mundo de colores y grises en menos ocasiones.
Creo en la creación, creo en lo bueno, en lo etéreo. Creo que la vida puede ser mejor aún cuando la tendencia lo atenúe; creo en la verdad, aunque duela, es mejor soltar. ¿Por qué es mejor callar?
Ruido, hay tanto ruido que me ensordece, que apaga mi voz, casi no la escucho. Entonces vuelvo a mi interior, ahí donde la verdad no duele, donde puedo ser quien soy.
Me encontré escribiendo, me perdí escribiendo, ya perdí la cuenta de estos encuentros y desencuentros. Hay tanto ruido que lucho por escuchar mi voz.
Y entonces tomé el rumbo, me dirigí a mi habitación y en el silencio sonreí al ver que siempre estuve, que no me fui; que en esas madrugadas oscuras, mi luz interior iluminaba la noche. Nunca me fui, siempre estuve, aunque el mundo de hoy no tolere el brillo que emana de mi interior.
Me encontré en mi habitación, en silencio, en oración; me vi dialogando con mi creador, me vi cuestionando mi diseño y mi misión. Y es que la vida es mucho mejor cuando te levantas y tienes las manos llenas de intención, sí, esa intención trasciende lo eterno, cuando entiendes que es parte de un propósito mayor.
Me encontré de nuevo sonriendo, viendo ahora sus mejillas coloradas. Del amor es el fruto; ahora juego y, jugando, entiendo que la vida la vives las veces que vuelves a nacer y yo ya he nacido tres veces.
La primera vez pude ver el mundo, con ojos de bondad, sin filtros y sin tapujos. La segunda la viví de ilusiones, de aventuras, de pasiones. La tercera la vivo hoy a través de los ojos del amor, ese amor que me hizo fecunda, que despertó mi verdadero yo.
Sí, la verdad es que me perdí muchas veces, pero también me sigo encontrando. Me he visto siendo valiente despidiendo una traición, me he visto tomando el miedo de la mano y seguir en la misión. Me vi, me veo siendo quien soy.
Y aunque sigo aprendiendo que no todos merecen mi amor, yo sigo amando, pues así soy. No quiero dejar de amar, no quiero dejar de creer, no quiero dejar de ayudar, de guiar, de ser. Así soy y qué bien se siente ser.
Me perdí las veces que hablaron de mí, pero me encontré una vez más con amor para dar.
Siempre me encuentro amando, la niña que vive en mí parece que se olvida del fracaso, ella me levanta y me despierta, me mueve al son de las cosas bellas. Y es que sí, la vida es bella, solo se vive una vez en ella.
Hoy me encontré y no quiero perderme, quiero y elijo ser más yo. Las máscaras ya no nublan mi visión. Hoy, me encontré siendo yo y qué regalo ser quien soy.
Cuando sientas que tu voz se apagó, vuelve a ti, nunca te fuiste, solo necesitabas ir a tu interior.
Mariana #Raíces
Estaré feliz de leerte y de acompañarte en tu camino de autodescubrimiento.