Una historia sobre el impacto ¿se siente tu presencia?
Hace unos días realizamos un viaje en carretera de 7 horas junto a mi familia, la intención principal del viaje era reencontrarnos con un amigo, sacerdote de la iglesia donde nos congregamos quien fue trasladado a otra ciudad.
Estar cerca de la iglesia y tener la oportunidad de compartir de manera cercana con estos servidores del Creador me ha hecho comprender mucho más lo que significa la palabra peregrino.
Ciertamente no pertenecemos a un solo lugar sino que pertenecemos a donde necesitan de nuestra esencia auténtica y es precisamente la reflexión y lo que me enseñó sin el saberlo, este amigo y Padre al que queremos mucho.
Él es extranjero, misionero, siempre está de salida y aprendió a vivir de esta manera, sin apegos materiales ni sentimentales pues sabe que aunque deje personas atrás en el camino es el amor quien permite que nunca haya separación espiritual.
Este amigo es conocido como una persona irreverente, servicial, con un alto sentido de pertenencia y con unas ganas inmensas de transformar su entorno de manera abrupta, con muy buena intención aunque no a todos en primera instancia les parezca oportuno.
Durante los años que vivió en mi ciudad, pude ver como fue transformando el templo físico de la iglesia, un día lo veía en el proyecto de pintar las bancas de la iglesia, otro día en un proyecto para crear un espacio aéreo para el ministerio o grupo musical, la transformación que requirió más tiempo y apoyo en recaudos fue hacer un cambio de energía eléctrica a solar para contribuir al ahorro de energía.
Había lío, incomodidades mientras se realizaban los trabajos pero conforme pasaron los días las mejoras fueron cada día más notorias y esas incomodidades comenzaron a tornarse eficientes, bien hechas.
Días antes de ser trasladado a la parroquia que visitamos hace unos días, el estaba en reuniones entregando las responsabilidades al nuevo administrador, dejando todo encaminado.
Un año después, luego de 7 horas de carretera, llegamos a la ciudad, un clima ciertamente más fresco que el que solemos tener en Ciudad de Panamá.
Llegamos al hotel, dejamos nuestras cosas y fuimos directamente a la parroquia, pero el nos dijo amablemente “nos vemos en la eucaristía”, faltando una hora para el evento, decidimos recorrer una plaza linda alrededor del templo.
Llegado el momento, nos dispusimos a caminar al encuentro sin saber la gran enseñanza que vendría, el mensaje que quiero compartirte.
Apenas entramos en el templo, dije en voz alta “se nota que el Padre V está aquí”, todos nos miramos y en señal de afirmación nos reímos.
El templo estaba prácticamente todo desmontado, no tenía ventanas, habían andamios en todo el altar, no había techo, solo la estructura, había una bocina improvisada para poder proyectar las voces y transmitir las lecturas.
Y salió él, con su sonrisa de complicidad, el sabía lo que nosotros estábamos pensando.
Terminó la celebración, el partió rápidamente a cambiarse y al salir nos encontramos, nos dijo “los voy a invitar a cenar” pero nosotros no pudimos aguantar las ganas y le dijimos “Padre, se nota que está aquí, apenas llegamos nos dimos cuenta de todo el trabajo que tiene”.
Nos mostró planos, nos compartió su visión para el templo, su misión, LA ENSEÑANZA.
Entendí que somos necesarios en diferentes lugares pero no es hasta que terminas tu misión en ese lugar que te llaman al siguiente, de manera que parece todo orquestado, pero no es más que la gracia de saberte enviado.
Cuando comprendes que este momento es temporal, que tu labor diaria no es eterna, que el rol que hoy llevas a cabo puede ser otro mañana, te dispones a entregar todo de ti hoy para transformar por completo el lugar donde estás.
En su relato, mientras compartía su visión nos comentó que hubo lío, personas en contra de sus decisiones y de su visión pero que el entendía que es natural el rechazo a lo desconocido y aquí viene otra enseñanza…
Él confió en su misión y en la autoridad que le ha sido concedida en su labor para seguir adelante, aunque eso no le agrade a todos.
Y esta es la gran enseñanza que quiero dejar plasmada y que confío llegará a los corazones inquietos, a quienes estén en misión o aquellos que sienten un llamado especial a salir de prisa, a la acción continua honrando su visión y con la confianza de que quien es enviado, no va solo y que será suplido de todas las herramientas para avanzar.
Quien tiene clara su misión, simplemente avanza y va dejando huellas imborrables.
Hoy te invito a que te preguntes:
¿de qué manera estoy impactando hoy?
¿estoy haciendo lo que me corresponde aunque esto implique ir en contra de la corriente del mundo?
Hoy como mentora de propósito y marca personal, mi misión es guiar a más mujeres maravillosas a vivir su propósito e impactar de manera positiva con su marca, entendiendo que son un instrumento y que su misión es dejar el mundo mejor que como lo encontraron gracias a su influencia.
Si llegaste hasta aquí, te pido me comentes qué punto de la historia fue el más significativo para ti, luego te invito a compartirlo para que más personas experimenten esta dosis de vitamina para floreSER.
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Con mucho amor,
Mariana
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